- Corín Tellado
- Detén mi caída
Bárbara salió de la guardería con la niña de la mano y se dirigió al auto utilitario que se hallaba aparcado ante la alta verja del edificio. .
—¿Me vas a llevar al cine, mami? .
—No lo sé, Katty. Sube, cariño. .
—¿Atrás? —preguntó la niña con mucho desparpajo. .
—No seas preguntona —rió Betty, extendiendo los brazos y asiendo por los codos a la hija de su amiga—. Te llevaré yo, sentada en mis rodillas. .
—No quiero. .
—Pero, Katty… .
—No quiero, mami. No me voy a caer. Me gusta ir sola. Te aseguro que en la guardería, la señorita Memba me pone al cuidado de tres niños pequeñitos. Bárbara lanzó una sarcástica mirada sobre su amiga Betty y luego abrió la portezuela de la parte de atrás. .
—Sube —dijo como si le hablara a una mujer—. Creo que tienes razón. La niña (una preciosidad, morena, de cinco años) muy dignamente retiró la mano de Betty, que aún se hallaba extendida, y se deslizó en la parte de atrás como si fuese una mujercita. No se se