Volver a la vida. Volver a casa. Volver a todo lo que uno dejó atrás una vez pensando que sería para siempre, para una eternidad hecha de años, de esperas, de amarguras y decaimientos, para un tiempo que nunca terminaría. Pero todo termina. Todo. Lo bueno y lo malo, lo desesperante y lo esperanzado. Todo. Termina la propia vida. De modo que lo demás, todo aquello que forma parte de esa vida sea mejor o peor, también tiene su final.